A ESCENA ABIERTA o el Festival de la Sinestesia

Gabriela Cano

A Teatro Anda Sin Zapathos

Como se puede advertir una vivencia se vive. Con ello se expresa que mientras dura estamos inmersos en ella y que el tiempo que transcurre pasa inadvertido al sujeto. Así ocurrió en el A ESCENA ABIERTA FESTIVAL de Teatro Anda sin Zapathos, cuatro días de viaje escénico. Me gusta pensar que estas palabras trazan un poco dicho trayecto: es martes por la mañana del 25 de marzo del 2014 (Guanajuato capital). Ahora sí, parece lejana la junta en que apenas decidíamos el nombre del encuentro. Se cree que la mística es un misterio por el que entramos a otro mundo pero es solamente, diría Musil, el misterio de vivir en nuestro mundo de forma distinta. Eso lo confirmo cuando, al llegar a las conferencias, veo un ring, los ponentes, un par de antifaces andantes y José Baez hace aparecer una especie de Sombrerero Loco para explicarse. Surge entonces la tarde y el taller de Raúl Catalán y, al ver la crónica visual, me pregunto ¿por qué la necesidad de hacer hablante el cuerpo? Quizá porque, como aprendí del taller de Dramaturgia, literatura, teatro y más (con David Eudave), sí hay una rapsodia dispuesta a encontrar cauce. Y quizá esa canción ensamblada es parte del  teatralizar la música (Nayeli Balderas/Claudia Barrientos/ Cinthya Jimenez), de entregar la vida al Teatro (José Prado) de verlo como un ritual (Hugo Almanza) de buscarle un para qué (José Araujo), un cómo (Luis Colín) o la razón por la que no olvido el relato de Benjamín Valdivia sobre el actor que se convirtió en dragón. Y si no lo hago es porque recuerdo que un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águila, orejas de toro y bigotes largos como los gatos. Y si no lo hago es porque ese convertirse en dragón me remite de forma constante al juego y esa posibilidad, la del juego del Teatro; en un mundo en el que lo único natural es <dejar de jugar> me resulta un propósito auténtico. Al pasar los días vi en los talleres seres serpientes con sus caras de gato con sus garras de águila. Vi cuerpos extensos (Paloma Monzón) en malabares (David Sánchez Alvarado) y personajes deconstruídos para construirse (Alberto Castañeda). Escuché el relato de quienes se dejaron INUNDAR por el Teatro de los Sueños, de quienes se llevaron con el Viento, de quienes se embarcaron en la búsqueda de un hogar sólido con el grupo Telón de Hospicio o de quienes se vieron con la compañía <El espejo> en una pieza de Darío Fo y Franca Rame. Vi lo que Brett Bailey escribió en el manifiesto por el día mundial del Teatro 2014: <Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta> Pero, sobre todo, vi ese origen que quedó grabado en el promocional del Festival y del cual rumiaré unas frases: el tigre nació para cazar, el pez para nadar, el mono para balancearse y el humano para representar. El robo se justifica porque cobra sentido que la edición 2015 se titule <Homo ludens> y pueda decir que, aunque suene a sinestesia, en realidad no estaba viendo nada porque estaba sintiendo el juego del Teatro. Eso pasó en el A ESCENA ABIERTA. Gracias a los asistentes, conferencistas, artistas, instancias, lugares, colaboradores y asistentes celebrantes e indispensables, todos ellos, para la realización de este proyecto. Nos vemos en 2015.